Diario de una resurrección

Huellas, recuerdos y sonidos

Asiento del pasajero

Published by Alejandro Nieto Alonso under , on 21.12.09


El tratado de cirugía delante de mis narices me recuerda cada día que las operaciones más complicadas son a corazón abierto. No hay bisturí que resista ese desmenuzamiento sangriento de la realidad interna, de lo más profundo, de lo escondido bajo llave, de lo oculto en un cofre olvidado hace tiempo y siempre recordado por uno mismo en situaciones absurdas como cuando metes la llave en la cerradura de la puerta de tu alma.
Los que nunca se dejan ayudar morirán solos. Golpe al estómago. Es sencillo. Brutal. Ahora, en medio de la calle helada y repleta de gente, me acostumbro a hacer balance de una vida que descubro extraña e incoherente. Y me muestro distorsionado, en medio de la niebla y con el mismo disco rayado sonando una y otra vez, en un bucle que ya cansa y destroza mis oídos.
Me creo suspendido en el mismo instante, en el mismo universo imperecedero e inmóvil. También vislumbro desde mi trono inerte que eso no es cierto. Soy una estatua, pero observo mi alrededor con los brazos cruzados. Todo se mueve, ríe, siente, sangra, salta, habla, construye, une, abraza… Todo pasa delante de mí, todo transcurre y viaja al futuro. Todo menos el tratado de cirugía, que sigue ahí, frente a mis ojos.
Pasarme la pelota explosiva de la culpabilidad, de la responsabilidad de mandar todo a la mierda no fue un buen inicio del final. Supongo que no hay buenos comienzos cuando tratamos de terminar. Por eso la historia compartida te deja signos de momentos añejos y dulces, de instantes íntimos, de caricias en la cocina o silencios maravillosos. Y ese mismo poder te revela imágenes crudas, en blanco y negro, crueles y sinceras, en las que las figuras se van desvaneciendo cada día un poco más, hasta que ya no puedes verlas, ni siquiera reconocerlas.

De poco sirve intentar buscar en este desordenado cosmos que es hoy, que fue siempre, mi cabeza. En la búsqueda pierdes amigos, oportunidades, trenes, alternativas… pero sigues empeñado en encontrar esas figuras que se destiñen con las gotas de lluvia en un papel arrugado. Al final sólo queda el deseo de desear algo imposible como es encontrarte a ti mismo en un tratado de cirugía.


Suena: Passenger seat, de Death cab for cutie



2 comentarios:

Nelsi dijo... @ 22 de diciembre de 2009, 21:53

Gracias por visitar mi blog, el tuyo me ha encantado.

Espero mantenernos en contacto,

Besitos, Nelsi

Credendo Vides dijo... @ 21 de enero de 2010, 21:40

Yo creo q la operación más difícil es la de cerebro, ese órgano q guarda cada una de las cosas. Ese no podemos resetearlo, pero tú puedes, al menos, guardar ese manual de cirugía no?
Saludos desde el Inframundo.

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