Diario de una resurrección

Huellas, recuerdos y sonidos

El saben aquel que diu

Published by Alejandro Nieto Alonso under , on 17.12.09


Ternura, bondad, amistad, cariño, afecto, protección, atracción, afinidad, comprensión, fascinación, hechizo, pasión, coqueteo, romance… y también tragedia. Los sinónimos para referirse al amor pueden ser infinitos. Cada persona elige los suyos según el alma, el gusto, la educación, la voluntad o el mismo deseo de amar de cada uno. Pero este es mi blog. Yo elijo aquí. Y hoy quiero ver el amor como una tragedia, como un chiste sin gracia o como un desengaño en bucle infinito.

Creo que ya he tratado aquí el concepto de tropezar dos veces en el mismo error. No creo en el destino pero la vida a veces te sugiere lo contrario. Al final, creo que todos buscamos a alguien para el que estamos predestinados, de ahí los tropiezos continuos, los errores similares, los fracasos iguales, las decepciones calcadas. Y seguimos buscando a pesar que la vida es una tragedia, incluso a veces un drama. Pero me asombra la capacidad de reconstruirnos y de renacer que tenemos. A pesar de las tragedias individuales que azotan nuestras cabezas y nuestros corazones solitarios.

En la última semana he escuchado mucho esta canción. Me hace gracia comprobar como The New Raemon hace fluir sus letras de lo más pequeño, del detalle más nimio de la vida diaria y rutinaria, al sentimiento universal de dolor, que a todos nos llega. Y es precisamente ese viaje del menos al más, de lo particular a lo general, lo que convierte esta canción en una declaración general de que la vida es una mierda (quizá sólo el amor), para la que nunca fuimos entrenados ni preparados.

Eso sí, en cada acorde de esta canción tan escasamente vitalista en sus frases, se esconde una postura optimista hacia la vida y el amor. La misma sensación con la que ahora mismo viajo por la vida. Frío y calor, blanco y negro, invierno y verano, los Beatles y los Rolling Stones, Cristiano Ronaldo y Messi…Cada día me levanto regular, voy al trabajo y me deprimo, vuelvo y me alegro, leo y olvido, escribo y me divierto, hablo y me ilusiono… Todo un torbellino de sentidos, una encrucijada tras otra, una puerta tras una ventana, un laberinto de misterios por resolver… Pero eso me gusta. Al menos ahora tengo la sartén por el mango. Y quien sabe, quizá alguna de esas ilusiones nacientes, emerjan con fuerza de mi interior y acaben con esta maldita montaña rusa que es mi propia tragedia.

Se ha cerrado el ciclo de fantasmas dormidos
de rarezas personales
de pasiones fugaces.

Se ilumina la pantalla,
aparece tu nombre.
Me has pillado tranquilo
con mi cuarto recogido.

Suenas triste y olvidada,
puede que desencajada.
La rutina asomada
reaparece en cada casa.

Dónde no hay delaciones
¿Quién no sufre desengaños?

¿Quién no se ha venido abajo?

¿Dónde te has metido?
Puede que en una tragedia.
Nunca nos dijeron:
este chiste no tiene puta gracia.

1 comentarios:

Credendo Vides dijo... @ 21 de enero de 2010, 21:38

La mezcla de opuestos a veces hace grandes cosas... la cuádriga de Platón, tirada por los dos opuestos, no se movía... así q has de mirar el término medio.
Pero, yo creo q es bueno q no hayamos nacido sabiendo lo q el amor depara, pq sino nunca nos meteríamos en ese maldito y precioso juego, pq ya conoceríamos las normas. Y es bueno tener algo q aprender sea la edad q sea.
Yo creo q es una tragicomedia, por seguir tus pares de opuestos.
Saludos desde el Inframundo.

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